San Francisco se llama el poblado,
Mi corrido es de allá exactamente,
A mediados de abril se mataron,
Luis Hernández y Juan De La Fuente
Luis se andaba raptando a Susana
La mujer más bonita del pueblo,
Ella solo a su Juan adoraba,
Sin querer fue la causa del duelo
Juan llego para ver a su amada,
En aquellos precisos momentos,
Reclamo a Luis la vil canallada
Diez minutos después era muerto
Se agarraron del cuello uno al otro,
Se abrazaron, cayeron al suelo,
En aquel callejos pedregoso,
Se clavaron las dagas de acero
Juan traía su pistola fajada
Su cuchillo de acero y navaja
Como Luis no traía más que daga,
Juan no quiso pelear con ventaja
De recuerdo hay dos cruces de encino,
Y una novia bonita que llora,
San Francisco volvió a ser testigo,
De un amante con muchas historias