A un lado tu odio, al otro tu amor,
la duda infinita, el viejo dolor.
Y mientras recelas del bien y del mal,
por un sumidero, la vida se va.
Nadie da nada por nada, hay que pagar.
Devuelve el espejo tu imagen fugaz
y no estas seguro de tu identidad.
Tu nombre no existe, dejaste el rendil
y en tierra de nadie tendrás que vivir.
Nadie te acompañará allí, nadie.
Y recuerda que no tendrás un guia,
no esperes protección ni compasión.
Tierra de nadie, oscuridad, sin rumbo fijo debes vagar,
pero piensa que ahora eres libre.
No perteneces a una facción,
no crees en dogmas de religión,
lo mas probable será que creas solo en ti,
en tu propia fuerza.
No crees en banderas, prefieres luchar
por la madre tierra por la humanidad.
No cavas trincheras en donde vivir
ni crees en consignas por las que morir.
No crees en partidos, es triste saber,
que gane quien gane, tu vas a perder.
No crees en promesas que no cumpliran,
los falsos mesias te engañaran.
Estas en tierra de nadie ya, en un sombrio lugar,
entre dos bandos que al atacar, te atacan a ti, no puedes huir, irán a por ti.
No escucharán tu predicción de una heréncia letal,
pero dirán:- tiene razón-, cuando quizas sea tarde