Siete leguas el caballo,
que Villa más estimaba,
cuando oía silbar los trenes,
se paraba y relinchaba,
siete leguas el caballo,
que Villa más estimaba.
En la estación de Irapuato,
cantában los horizontes,
ahí combatió formal,
la brigada Bracamontes,
en la estación de Irapuato,
cantában los horizontes.
Oye tú Francisco Villa,
que dice tú corazón,
ya no te acuerdas valiente,
que atacáste paredón,
ya no te acuerdas valiente,
que tomáste a Torreón.
Como a las tres de la tarde,
silbó la locomotora,
¡arriba, arriba muchachos!,
pongan la metralladora,
como a las tres de la tarde,
silbó la locomotora.