Una y mil veces, escuch esta cancin,
buscando en vano las palabras,
que se ocultaban tras el latido
del sol central de la galaxia.
Del sur el viento. Al sur los ros.
De sur mi carne y mi condicin
de perro cristiano, empobrecido.
Y de poeta sin inspiracin.
Con rumbo al abra, va ponindose el sol,
caspeando con sombras las sierras,
sembrando noche, sobre el camino
donde mi rancho acomod.
Lejos de la gran ciudad,
que me ha visto florecer.
De los que me suean vencido, tambin.
Lejos del fragor nasal,
que potencia el descontrol
y el inconsciente sin razn.
Del sur el viento. Al sur los ros.
De sur mi carne y mi condicin
de perro cristiano, acontecido
en poeta sin inspiracin.
Con rumbo al abra, va ponindose el sol,
de esta puta vida perra.
Y yo esperando, bajo el Tres Picos,
que decidas de una buena vez.
Ya alejarte de la ciudad,
que te ha visto florecer.
De los que te suean vencido, tambin.
Lejos del fragor nasal,
que potencia el descontrol
y el inconsciente sin razn.
Lejos de la gran ciudad,
que me ha visto florecer.
De los que me suean vencido, tambin.
Lejos del fragor nasal,
que potencia el descontrol
y el inconsciente sin razn.