El sutil andamio de tus ojos. Son mi penitencia. Me hacen ver el otro lado de la luz. . Vienes y desandas por mi mente. Me haces inocente. Tanto como humano, simple y tan común.
No pretendo cambiar las cosas. Ni me meto en ondas peligrosas. Yo no vendo filosofías. Ni cuestiono las ideologías. . Sólo traigo mi ritmo. Delicioso y caliente.
Bajo un arbol tu y yo. Pintando dos corazones. Las sonrisas volando. Al ritmo de estas pasiones. Ya no hay nada que hablar. Si comienzo a temblar. Es la luz de tus ojos.