Dices que el sofá te trata bien, aunque sea un poco frío. La cama no está mal, aunque no estés. Lo hecho, hecho está, y la verdad, hicimos mucho daño.
Me miras diferente. Me abrazas y no siento tu calor. Te digo lo que siento. Me interrumpes y terminas la oración. Siempre tienes la razón. Tú, libreto de siempre tan predecible.