[En tierras riojanas. (famosas por sus vinos y lindas montañas). nuestros dos personajes se encuentran. a un vividor, que habiéndose propuesto. peregrinar hacia Santiago, hizo una parada.
Igual que ayer llovía tristeza como estrella fugaz. Que muere discreta, efímera sin dejar rastro al marchar. Hoy la mañana tiene la tontería y la mirada del sol.
No era el hombre más honesto. Pero él. Era un hombre valiente y fiel. Tampoco la piedad se cobijaba en él. . Malvivía, alquilando por tres maravedís.
Cuando un sueño se te muera. O entre en coma una ilusión. No lo entierres ni lo llores, resucítalo. . Y jamás des por perdida. La partida, cree en ti.