[La juventud, que no pertenece a ninguna fe, se cree inmortal. Y mientras así lo piense, hay que aprovecharla con egoísmo y deprisa, porque como la rosa, sólo dura lo que su aroma dure. Perdura y vive pues con pasión la rosa, que ya habrá tiempo para la dura y madura realidad de la flor del loto.].