Ya sé que no hay dos sin tres. No hay impulso sin caída. De nuevo tropezare, vuelvo al punto de partida. No importa lo que digan, tan solo es palabrería fácil de olvidar.
Pensando en voz alta. Se ha dividido mi mente en dos. Una quiere que no faltes. La otra ni siquiera oír tu voz. . Ya no puedo echarme atrás. Y tampoco abandonar.