Habla la lengua de su ombligo. Son las bocas de elegidos. Por sus dedos consentidos. Le llaman libertad. . Y sus desfiles de reproches. No hay recortes en sus voces.
Son una letra que no está escrita,. el punto suspensivo,. el interrogante,. una curva que no avisa,. un olor en el eco,. un territorio que se agita,. las idas, las bienvenidas que caminan sobre la misma avenida..
Cinco de la mañana ahí en Tijuana. Se oye un disparo desde una ventana. María mira hacia al cielo, ya está acostumbrada. Es la banda sonora de cada madrugada..