Arjona. Tú me dices. Yo te digo. Y así empieza nuestra guerra cotidiana. Yo me armo de adjetivos. Tú conjugas el peor de mis pasados. Ednita. Y te apunto.
La cama está que extraña el movimiento. Tu ropa extraña el aire, que le quitas. Y como un batallón en huelga de futuros. Se asoman tus zapatos por el closet.